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Población escolar en el nivel secundario

A partir del discurso presidencial del 28 de julio, la educación secundaria se coloca en el "ojo de la tormenta". La pertinencia del currículo, la utilidad de los contenidos, la preparación para enfrentar el mundo del trabajo, y fundamentalmente, su articulación con a la universidad se han venido discutiendo hasta la fecha, es por ese motivo que presentamos algunas cifras, que esperamos contribuyan de alguna manera a enriquecer los análisis que sobre el tema se vienen realizando (1).

Estadística básica del sistema educativo

Para una mejor ubicación de la educación secundaria dentro del sistema educativo, hemos creído por conveniente mostrar las principales unidades de análisis, esto es: matrícula, docentes y centros educativos por cada nivel.
Como observamos en el cuadro adjunto, en lo que a matrícula se refiere, la educación secundaria después de la primaria, es la que mayor peso relativo tiene con 25.1%. El número de docentes, al igual que en el caso anterior, tiene el mismo orden de importancia, en este caso representa el 31.6%. Finalmente, los centros educativos de secundaria significan el 11.1% del total.

La matrícula en colegios secundarios de gestión estatal y no estatal

La información obtenida de la Dirección de Estadística del Ministerio de Educación nos dice que, en 1994 se matricularon en educación secundaria 2'021,825 alumnos considerando todo tipo de gestión, forma y modalidad. De éstos 1'833,783, es decir, el 90.7% estuvieron matriculados en la modalidad de menores, y 188,044, o sea, el 9.3% en la modalidad de adultos. De otro lado, los matriculados en centros y programas de gestión estatal fueron 1'701,392, que representan el 84.2% del total, y los matriculados en centros de gestión no estatal o privados 320,435, o lo que es lo mismo, el 15.8%.

Concentración de la matrícula en centros educativos de gestión estatal y no estatal

Para determinar el grado de concentración de la población escolar en los centros y programas educativos según tipo de gestión y modalidad, hemos construido un indicador que nos permita establecer el número promedio de alumnos por la naturaleza del establecimiento.
Las cifras nos demuestran que en los centros educativos de gestión estatal la relación alumno/centro educativo es en promedio 293, mientras que en el sector privado es de 146 alumnos por centro educativo; como puede verse, en los centros públicos existe el doble de concentración que en los privados.

Lo anterior podría explicar el hacinamiento que existe en los Colegios Nacionales, y por otro lado la mejor utilización de la capacidad instalada de los centros educativos de gestión no estatal.

Tasa de escolarización en educación secundaria.

Para el análisis de la tasa de escolarización en la educación secundaria de menores, es necesario, en primer lugar, aclarar algunos términos como son: la tasa global de escolarización que se define como el cociente de la oferta total en el nivel entre la demanda total en el nivel, este indicador para el año 1994 fue de 85.5%, asimismo, la tasa neta de escolarización que resulta de la división de la oferta normativa, entendida por el segmento de la población en la edad de 6 a 11 años atendida por el sistema, por el número de habitantes comprendidos en ese grupo etáreo, que para el mismo año fue de 81.5%, finalmente, la tasa bruta de escolarización que resulta de la comparación de la oferta total en el nivel con la demanda normativa, y que fue para 1994 de 109.3%.
En el caso de la educación secundaria de adultos, tomando la información del Censo de 1993 efectuado por el INEI, en el Perú existen alrededor de 2'399,478 personas que manifiestan tener secundaria incompleta, si comparamos esta cifra con la matrícula en educación secundaria de adultos para el mismo año que fue de 197,767 estudiantes, se podría decir que el sistema sólo atiende al 8.1% de la demanda, lo que nos llevaría a pensar que existe un déficit de atención del 91.9%. Según las definiciones aludidas en el párrafo anterior, este indicador puede ser interpretado como la tasa bruta de escolarización.

El indicador aludido debe ser tomado en cuenta tan sólo como referencia, en la medida que no existe una metodología lo suficientemente validada, que nos de una idea más exacta de la cobertura de la educación secundaria de adultos.

Distribución de la matrícula por áreas geográficas y sociales (urbano y rural), y por grados.

La matrícula en educación secundaria de menores se concentra fundamentalmente en el departamento de Lima, según estadísticas del Ministerio de Educación, en 1994 se matricularon 607,854 alumnos, lo que significa el 33.1% de la matrícula a nivel nacional. Como es de esperarse, es poco lo que queda para los demás departamentos. Destacan con 5% o más: Arequipa, Lambayeque, Puno, La Libertad, Junín y Piura. De otro lado, los departamentos que participan con 1% o menos son: Amazonas, Tumbes, Moquegua y Madre de Dios.

La educación de adultos al ser un fenómeno netamente urbano concentra la matrícula en el departamento de Lima en un 39.7%, en este caso sólo un departamento supera el 5%, este es el caso del Cusco, sin embargo, son más los que representan el 1% o menos como: Amazonas, Moquegua, Pasco, Tumbes, Huancavelica y Madre de Dios.


Según el Censo Escolar de 1993 realizado por el Ministerio de Educación, el 52.4% de los estudiantes matriculados en educación secundaria de menores eran varones y el 47.6% mujeres, asimismo, en educación secundaria de menores el 53.5% eran varones y el 46.5%, mujeres.

A manera de confirmación de lo dicho anteriormente, el 86.1% de la población escolar de educación secundaria de menores era urbana y el 13.9% rural. En la modalidad de adultos el 96.1% eran urbanos y sólo el 3.9% rurales.

La estadística disponible al año 1988 nos permite apreciar las diferencias en la matrícula por grados según tipo de gestión en la educación secundaria de menores, como vemos las similitudes, en el 21 y 31 son obvias, en el primer caso 22.2% y 21.1%, y en el segundo, 19.3% y 19.8%. La diferencia de 5 puntos a favor de la educación pública en el primer grado es elocuente. Asimismo, en el quinto año esta diferencia se reverte a favor de la educación privada.

Jóvenes que trabajan

Para nadie es un secreto que la crisis económica golpea a la población de menores recursos con mas fuerza y dentro ese grupo los que sufren en mayor medida sus efectos son los adolescentes y jóvenes, que como veremos en muchos casos tienen que compartir sus estudios con actividades laborales que ayuden de manera indirecta a la economía del hogar apoyando a sus padres en labores domésticas, o en su defecto, a optar por el trabajo remunerado fuera del hogar.

En educación primaria de menores el 21.7% de los alumnos comparte sus estudios con el trabajo y el 78.3% se dedica al estudio de manera exclusiva. Del porcentaje que opta por algún tipo de ocupación el 12.2% se dedica al trabajo familiar, es decir su trabajo es no remunerado, y el 9.5% tiene trabajo remunerado como: empleado (0.4%), obrero (1.7%), ambulante (2.5%), independiente (2.4%) y como trabajador del hogar (2.6%).

La educación secundaria de adultos presenta un panorama diferente, en este nivel el 79.5% de los estudiantes además de estudiar en la nocturna trabaja y sólo el 20.5% se dedica a tiempo completo al estudio. Del grupo de estudiantes que trabajan el 69.2% tiene trabajo remunerado, y el 10.3% realiza trabajo familiar. Las ocupaciones remuneradas son: empleados del hogar (22.3%), obreros (18.0%), independientes (13.6%), ambulantes (11.0%), y empleados (4.3%).

Eficiencia interna de la educación secundaria de menores.

La eficiencia interna en la educación secundaria de menores se define en función de los logros en términos de producción y productividad, es decir, a través de las tasas de promoción, repetición y deserción escolar.

Estos indicadores nos dan una idea de eficiencia y contribuyen a conocer la duplicación y el desperdicio de la inversión causa de la repitencia y la deserción en la escuela.

La estadística disponible nos permite observar estos indicadores sólo para la educación pública.

Como lo demuestran las cifras, en el período 1992/1993 se registró un 82.1% de promovidos, 10.1% de repetidores y 7.8% de desertores del sistema.

Si observamos estos mismos indicadores por años de estudio podremos apreciar, que la mayor tasa de promoción se da en el quinto año con 88.7% y la menor tasa en el primer año con 76.0%. Asimismo, la mayor tasa de repetición en el primer año con 16.6% y la menor tasa en el quinto año con 6.7%. De otro lado, la mayor tasa de deserción se da en el tercer año con 8.7% y la menor en el primer año con 6.7%.

Como puede observarse, estos indicadores nos dicen poco o nada de la calidad de la educación, aún cuando algunos autores afirman que altas tasas de repitencia pueden ser causa u efecto del deterioro de la calidad del servicio educativo, así también, del desperdicio de recursos por duplicación del costo unitario.

Configuración de las alternativas educativas que ofrece el sistema, en el nivel secundario de menores. Matrícula por áreas y especialidades técnicas.

Los resultados del Censo Escolar efectuado en 1993 nos dicen que, 1'416,485 alumnos del nivel de educación secundaria en la modalidad de menores se encuentran matriculados en la variante científico humanística, estas cifras representan el 83% del total de la matrícula; y, 289,351 estudiantes del mismo nivel y modalidad, según las nóminas, han optado por alguna de las especialidades de la variante técnica, entre las que destacan: industrial(46%), agropecuaria(31.5%) y comercial(19.3%).

De la información analizada el 83.1% de la matrícula corresponde a centros educativos de gestión estatal; y, 16.9% colegios particulares. Del total de la matrícula en el sector privado el 96.5% (277,905 alumnos) prefirieron el área científico humanista, y tan sólo el 3.5% la variante técnica. Por el contrario, en el sector público el 80.3% (1'138,580 alumnos) se matricularon en el área científico humanista y el 19.7% en la variante técnica.

Alumnos egresados de la secundaria privada y estatal que acceden a la educación superior

Lo que en adelante vamos a intentar es una aproximación a lo que denominaremos: tasa de acceso a la educación superior, que resulta de operar el cociente del grupo de población de 15 a 29 años que han ido a un centro de educación superior universitaria o no universitaria, por el mismo grupo etáreo que incluye a todos aquellos que terminaron la secundaria. Para tal efecto, en base a los datos del Censo de 1993 tomamos, para el numerador, al grupo de edad aludido con educación superior o más, y para el denominador, a los que tienen secundaria completa, superior no universitaria y superior universitaria.

En el cuadro adjunto se lee que la tasa de acceso a la universidad es del 11.3%, en otras palabras, 11 de cada 100 estudiantes que terminan la secundaria acceden a la universidad, y el 19.2% van a la educación superior no universitaria. Consecuentemente, el 30.5% logran ingresar a la educación superior, esto nos da una idea aproximada de la efectividad de la educación secundaria.

(1) Artículo publicado en la revista Autoeducación Nº 51. Lima - Perú, noviembre de 1996.

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